PROTOCOLO SOCIAL & EL ESPÍRITU DE LA NAVIDAD
Como experta y apasionada defensora de esa rama del protocolo tan necesaria como desatendida, Protocolo social, me gustaría señalar las similitudes que ofrecen los principios en los que se sustenta esta disciplina y las recomendaciones que ofrece abogando por la consecución de una conducta natural y elegante, homologables a los fundamentos asociados con la Natividad.
Rememorar la comprensión, potenciar la cooperación e impulsar el entendimiento mutuo son los pilares en los que se sustenta esta festividad, muy cercanos a los propugnados por la disciplina que vehementemente fomento. El estrechamiento de los lazos familiares, el restablecimiento de relaciones de amistad y el intercambio de presentes y favores son propósitos específicos de estas fechas cuya realización y consecución se verán favorecidas si tenemos en cuenta las recomendaciones de Protocolo social.
El antropólogo Manuel Delgado defiende que la Navidad conmemora “un culto a la vida social”. Para el autor, la sociabilidad es el objeto de celebración de estas fechas, en las que se produce un “una aceleración en las pautas de relación”. Afirma que el componente religioso o místico lo “añaden las culturas, a posteriori”.
Esta función social que defiende Delgado, reclama conocer ciertas pautas en torno a los pródigos convites a los que asistirás en estos días de festivo descanso invernal, en torno a los cuales giran los encuentros sociales, la indumentaria y la transferencia de agasajos.
Las comidas familiares demandan adaptar el espacio con el que contamos para el emotivo encuentro y diseñar el menú más apropiado en función de la celebración que se conmemora, los gustos de los asistentes y el presupuesto del que disponemos. El esfuerzo, el tiempo y la imaginación aplicados darán sus frutos.
Las celebraciones profesionales girarán en su inmensa mayoría en torno a los cócteles. La difícil coyuntura económica que está atravesando nuestro país invita a este tipo de ágape, más asequible en términos económicos, a la vez que cumple igualmente su función de reunión de amigos o colegas en los que se narran episodios reales o imaginados a la par que circulas libremente por las instalaciones relacionándote con otros asistentes mientras degustas, de pie (con alguna silla ubicada en sitios estratégicos para descanso en momentos puntuales), un buen surtido de canapés, pequeños manjares salados y dulces, regados con exquisitos caldos que deleitarán los paladares de los más exigentes.
La indumentaria que vistas en cada evento a los que asistas en estos días festivos: vino de empresa, cena de Nochebuena, comida de Navidad, gala de Fin de Año… proyectará tu personalidad y expresará tu estilo, constituirá inequívocamente tu seña de identidad.
Las tendencias para esta Navidad 2010 nos muestran el rojo como tonalidad rey de la vestimenta festiva, le acompañan el dorado y el gris, y el siempre triunfador y apreciado negro, con su clásico Little black dress presidiendo cualquier fondo de armario que se precie además de proporcionarte distintos outfits en función de los complementos o accesorios que utilices. Un toque de estampado animal print aportará la nota actual a tu vestuario.
El origen de los presentes que se intercambian en estas fiestas se remontan a la ayuda que de forma generosa y desinteresada propiciaba San Nicolás de Bari, también conocido como San Nicolás de Myra o el Milagrero, a los niños desamparados.
El regalo constituye una valiosa herramienta de comunicación social, una muestra de identidad personal, un instrumento representativo de nuestros valores, ideas y creencias y un poderoso transmisor mensajes y deseos. Escoge sin prisa el obsequio desde el corazón, selecciónalo pensando en la persona que lo va a recibir, adáptalo al presupuesto que tienes y aplica el buen gusto, la creatividad, el ingenio, la utilidad y la ilusión a tu elección. Recuerda que los pequeños detalles propician amigos sinceros e imborrables recuerdos.
Se aproximan días de sueños, reflexiones, olvido, acercamiento, perdón, risas… Llena tu corazón de obras buenas, satisfacción plena, y grandes y accesibles propósitos. Permite que el espíritu de solidaridad que predomina en estas fechas presidan tu Saber ser, saber estar y saber hacer de cada día.
¡Feliz y dichosa Navidad!