¿LEVANTARSE PARA REALIZAR UN SALUDO?
Hasta no hace mucho, los manuales de urbanidad recomendaban levantarse a todos los hombres cuando una mujer hiciera acto de presencia. Por el contrario, las mujeres podían permanecer sentadas salvo que la persona que hacía su entrada fuera mayor, con independencia de su sexo o representase un alto rango o gran reconocimiento o relevancia social.
No soy partidaria de las generalidades, creo que muchas circunstancias concretas y particulares a cada situación condicionan qué hacer en cada momento. En muchas ocasiones, el simple gesto de levantarse incita a la persona que hace su entrada a invitarlo a permanecer sentado.
La circunstancia concreta, la formalidad o informalidad que implique, le resolverá en la mayoría de la ocasiones el proceder adecuado. En principio, y ante la duda, es preferible levantarse, mujeres y hombres, ya que no supone ningún esfuerzo y es una muestra de cortesía. Por supuesto, cualquier tipo de discapacidad, pasajera o permanente, al igual que si el hecho de levantarse supone gran esfuerzo, disculparía que se quedase sentado.
Por el contrario, en una situación informal, entre personas de su círculo íntimo no es necesario levantarse cada vez que un miembro haga su aparición.