SOBRE LOS USOS DE LOS CUBIERTOS, LAS COPAS Y LAS SERVILLETAS
La forma de comer los alimentos depende del entorno en el que nos hallamos (formal o informal), de la elaboración y presentación de la comida a ingerir y de la función de ocupa el alimento en el conjunto del plato (ingrediente principal o guarnición). Teniendo presente que tan malo es comer de forma insultante como pecar de corrección, nos adaptaremos a las circunstancias que nos condicionan.
Usted me pregunta por los cubiertos que acompañan al primer plato, la elección está sujeta al tipo de alimento a engullir. Si la opción consiste en un arroz, la elaboración del mismo condicionará la forma de comerlo. Si se trata de una paella de marisco, recurriremos a los cubiertos de pescado; si es de carne o de verduras, con el tenedor de carne; sólo se utilizará el cuchillo si la carne se presenta en trozos grandes y requiere ser troceada. Un arroz caldoso, al igual que un guiso, se tomará con cuchara. Si el plato entrante es una ensalada, espárragos o pasta italiana, utilizaremos únicamente el cubierto de carne.
El servicio de mesa contempla la copa de agua, seguida de la de vino tinto y vino blanco. Todas ellas están en la mesa cuando el comensal ocupe su asiento y durante el ágape. Cada convidado selecciona el vino que toma a lo largo de la comida, pudiendo incluir ambas variedades o solo una, en el transcurso de la misma.
Cuando un convidado se levanta de la mesa, independientemente del motivo que lo provoque, la costumbre española recomienda dejar la servilleta a la derecha del plato, sin doblar respetando las dobleces iniciales, tanto a la finalización del plato como en una interrupción de su degustación. La tradición europea defiende su colocación a la izquierda para indicar al camarero que no hemos finalizado la comida; el lenguaje de los cubiertos cumplen esa función de indicación en nuestra costumbre. En algunas zonas de América, se practica posarla en la silla, opción que no le recomiendo ya que no es muy elegante que un paño guarde el asiento.