CLASES DE PROTOCOLO
Leo, asombrada e indignada, en un diario de tirada nacional (http://www.abc.es/20120320/local-cataluna/abci-comida-negocios-como-hace…) recomendaciones de una mujer (desconozco su cualificación profesional en el tema que trata) para no hacer el ridículo en una comida de negocios.
Entre otras perlas, la citada señora inicia su artículo desacertadamente, como experta y reconocida profesional en protocolo puedo permitirme hacer esta sentencia: “Hay cosas que no se aprenden en el instituto, en casa ni en la universidad. Y es que las clases de protocolo están reservadas para grandes empresarios, políticos y gente de la nobleza. Ante la falta de asesoría en el tema, los ciudadanos de a pie suelen cometer errores que a ninguna princesa, político o figura pública se le perdonarían…” Desafortunado comienzo de un texto que pretende ilustrar a los ilusos sobre la mejor forma de desarrollar una decisiva comida de negocios…
Estimada señora Islas, en primer lugar, permítame decirle que en casa se aprenden muchas “cosas” que no se pueden conocer en muchos otros lugares, o al menos es el primer lugar en el que se aprecian: respeto, tolerancia, amabilidad, simpatía, cordialidad, humildad, naturalidad o el tan necesario sentido del humor, base de las relaciones sociales y profesionales, son algunas de las preciadas cualidades que vivimos en nuestros hogares desde que tenemos uso de razón.
Me gustaría continuar informándole que desde hace dos años se puede estudiar el grado en Protocolo y Organización de Actos en nuestro país, concretamente en la Universidad Camilo José Cela y a partir del próximo curso escolar en la Miguel Hernández de Elche, a las que en los próximos años seguirán otras universidades amén de todos los cursos de postgrado que se ofrecen desde estas y otras instituciones desde hace décadas. Por no citar la cantidad de cursos, talleres, seminarios o monográficos que se vienen impartiendo por multitud de profesionales en la materia desde hace lustros en escuelas de negocios, asociaciones, ayuntamientos, colegios, institutos…
Como profesional de la docencia desde hace ocho años y cientos de alumnos asistentes a mis clases puedo comentarle un deseo que ansío para mejorar la comunicación y el saber hacer de los dirigentes, profesionales o emprendedores de nuestro país, ojalá asistieran con mayor frecuencia y en mayor número a nuestras charlas, puedo asegurarle sin ningún género de duda que mejoraría la imagen que ofrecen, tanto por sí mismos como por el acto que protagonizan.
Permítame, por último, ofrecerle una recomendación que dotará de mayor credibilidad a sus textos, recurra al asesoramiento de expertos de la materia que cite, estaremos encantados de resolverle todas las dudas que se le presenten.
A su entera disposición.