MASTICAR CHICLE EN EL TRABAJO
Estimada Consuelo:
En un plano social o en un contexto profesional como el que cita, masticar chicle en el trascurso de una charla envía diferentes mensajes todos ellos negativos: dejadez, pereza, inapetencia, desgana, aburrimiento, desidia… Evidentemente, cada situación concreta nos facilita una lectura distinta.
Asistir a un mostrador y que la persona que te atiende del otro lado de la barra se dirija a ti mascando chicle es una situación que particularmente me desagrada mucho. Todo tiene su momento y su lugar y si bien cada uno está en su derecho de mascar la citada goma si así lo desea debe saber cuándo realizarlo y lo que es igual de importante y se olvida con frecuencia: cómo hacerlo.
Atender a un cliente o a una persona deseosa de satisfacer una duda demanda tener la boca libre exclusivamente para hablar; beber, fumar o comer son otras acciones que tampoco se recomiendan en esas situaciones. Si se insiste en la necesidad de masticar chicle mientras se trabaja o se charla con otra persona, es necesario que ese movimiento de la goma masticable en la boca se realice sin emitir ruidos y con la boca cerrada.