No «plantes» los pies en el suelo
Entre los muchas páginas que se encuentran navegando por la red, relativas a los errores que no deben cometerse en la exposición de un discurso, localizamos consejos oportunos y otros que no lo son tanto.
No voy a entrar a valorar la capacidad, experiencia o formación de ciertos sujetos que ofrecen expertas indicaciones (daría para hablar largo y tendido) pero si manifestaré mi total desacuerdo, a través de esta bitácora, a recomendaciones desacertadas, inexactas o descontextualizadas. Si aplicaran mi tan predicado: “habla de lo que sepas y hasta donde sepas”…
“Planta bien los pies en el suelo. Estate quieto”, aludiendo a la única posición que un disertador puede ofrecer en el escenario (de pie frente al público) es la gran directriz sugerida a los lectores por un autor estudioso de la materia.
La exposición de un discurso puede realizarse de cuatro formas distintas: de pie ante un atril, de pie caminando por el escenario, sentado tras una mesa y en una silla frente a la audiencia. Todas las posiciones son válidas y acertadas si bien presentan unas características y objetivos distintos.
La posición de pie caminando por el escenario facilita la proximidad y la cercanía con el público y anticipa la vitalidad y dinamismo que presidirá la disertación. Mirada, manos y gestos gozan de expresividad máxima sin barreras entre emisor y receptores del mensaje. Se accede a la plataforma erguido, mostrando un andar natural. Se camina lentamente durante la disertación, se para en el centro o en uno de los lados y se mira al público para continuar hablando a la vez que nos dirigimos hacia el otro lado, sin prisas. Parados, evitaremos el movimiento pendular, o balanceo, ascendente-descendente o lateral así como el talonamiento (levantar la parte delantera del pie a la vez que se echa el cuerpo ligeramente hacia atrás), provocan desconfianza y manifiestan inseguridad y nerviosismo.
Quiero pensar que esta era la recomendación que pretendía ofrecer el creador de las desacertadas líneas…
“Piensa, cree, sueña y atrévete”. (Walt Disney)