¡¡GRACIAS!!
Desde hace varios días no consigo esbozar una sonrisa, las lágrimas inundan mis ojos con demasiada frecuencia, el desánimo caracteriza mis actos y mi sensibilidad está a flor de piel. Aún así, me considero una persona muy afortunada, nadie de mi familia o amigos ha resultado dañado en el doloroso percance ferroviario sufrido en nuestra comunidad.
Siempre se ha dicho, ciertamente, que los gallegos somos un pueblo unido y, como tal, sufrimos unidos. Por ese motivo, aunque mi gente no se ha visto implicada muchos de mis paisanos y personas de otras comunidades o nacionalidades han sufrido dolorosas pérdidas amén de daños físicos y psicológicos que solo el tiempo y mucha ayuda especializada lograrán reparar.
Somos una tierra que acogemos con afecto y gratitud a todos nuestros visitantes mostrando con orgullo nuestras riquezas cultural, gastronómica, marina, patrimonial, textil, fluvial, geológica, eólica… repleta de paraísos naturales. Nuestro deseo es que visitantes, turistas y peregrinos regresen a sus hogares satisfechos del viaje realizado, deseando volver, y con una sonrisa presidiendo sus caras, no que partan con una carga difícil de soportar.
Sólo espero que la solidaridad, el esfuerzo, la implicación y el inmenso cariño demostrado por vecinos, personal de sanidad, seguridad y emergencias, colectivos profesionales, voluntarios y ciudadanos de a pie ayuden a mitigar su dolor y nos lleven en sus corazones ya que nosotros siempre los llevaremos en los nuestros.
Gracias a todos los que os habéis interesado por nosotros, ofreciendo toda la ayuda que pudiéramos necesitar, colaborando en la difusión de información de interés público, enviando emotivas palabras de consuelo, sintiéndoos gallegos (no solo por un día) y elevando plegarias por las víctimas y heridos.
Desde lo más profundo de mi corazón: ¡¡GRACIAS!!