Efecto de primacía
El efecto de primacía, la primera impresión es lo que cuenta (prestar más atención a los primeros datos que recibimos de una información), tiene su origen en la combinación de dos factores que nos permiten realizar juicios de valor con poca evidencia: los modelos mentales y la escalera de la inferencia.
Los modelos mentales provocan que veamos y escuchemos aquello que queremos ver y escuchar. La escalera de la inferencia hace que las personas interpreten una escena en función de prejuicios, experiencias, afinidades, etc.
Vivimos en un mundo en el que se toman decisiones y se juzga a partir de la primera impresión que obtenemos de las personas con las que tratamos en el ámbito personal, social y profesional. Los pocos segundos que tardamos en emitir un recuerdo, causar un impacto, provocar una corazonada o generar una intuición son básicos en la percepción que se tendrá de un individuo concreto.
El repetido dicho “no existe una segunda oportunidad de causar una buena impresión” es inexacto ya que el trato y la experiencia confirman que la primera impresión puede llevarnos a equívoco. El margen de duda debe presidir nuestras valoraciones.
La confianza en uno mismo y la seguridad que proporciona son los atributos que mayor influencia generan en nuestros semejantes.
La primera impresión NO es lo único que cuenta.