¡Al rico pan!
Con frecuencia asistimos a campañas promovidas por panaderos y pasteleros a favor del consumo de pan. Campañas que apoyo totalmente además de ser cumplidora fiel de sus recomendaciones… 😉
El pan es un alimento imprescindible en una dieta sana y saludable, objeto de múltiples especulaciones dañinas carentes de rigor científico. Se le atribuye un alto valor nutricional como fuente de fibras, vitaminas del grupo B, proteínas de origen vegetal, minerales e hidratos de carbono complejos y poca grasa.
El Código Alimentario Español distingue varios tipos: común, de flama, especiales, integral, de Viena, de gluten, enriquecido, de centeno, biológico, rallado, de molde y refrigerado.
La manera de comer este sabroso manjar en la mesa es cortar pequeños bocados a medida que lo vamos ingiriendo. Otras culturas, ajenas a la española, defienden trocearlo todo al principio de la comida y coger una porción cada vez que se desee.
La función del pan en una comida no es únicamente saciar el hambre, por muy bien que lo haga, también ayudar a depositar el alimento en el cubierto (cuchara o tenedor) a la vez que recoge a la perfección el moje para su disfrute (siempre y cuando sea recomendable saborearlo). En caso de que untemos una deliciosa salsa, la moderación debe presidir nuestra actuación, untando pequeños bocados, sin bucear en el jugo, y combinando su ingesta con porciones de otro alimento.
Entenderán mi defensa de tan exquisita delicia proviniendo de una tierra donde se hace mucho, variado y muy bueno. Hablo desde el conocimiento y la experiencia. 🙂
Palabra de paneira!!