«MIENTE»
Asistimos atónitos a la dura acusación de un alto cargo de la Comunidad de Madrid, el Consejero de Sanidad Javier Rodríguez, afirmando que la auxiliar de clínica ingresada por dar positivo en las pruebas del ébola ha mentido en sus declaraciones.
No solo nos ha decepcionado la dureza de la acusación sino también la inoportunidad de su formulación. Además, da cabida a una interpretación que no favorece a la institución en cuestión y que está presente en la mente de muchos de los que la escuchamos: “balones fuera”…
Reputados profesionales de la medicina defienden que una persona sometida a tratamiento, y más en este caso dada la dureza del mismo, está dispersa, no distingue claramente pensamiento de realidad. La confusión domina su estado.
He defendido ardientemente que ahora es el momento de ofrecer soluciones, dar firme respuesta al problema grave que estamos viviendo, facilitando datos veraces de forma frecuente y aplicando fielmente los protocolos establecidos para este tipo de situaciones.
La hora de las responsabilidades llegará, una vez atajada la enfermedad y evitado toda posibilidad, o al menos un porcentaje elevadísimo, de contagio. El futuro político de la ministra o del consejero de Sanidad, incluso de otros altos cargos, no es algo que demande una repuesta inminente. Llegarán en su momento.
Centrémonos en que la población esté tranquila ofreciéndole información concreta, en un lenguaje entendible, expuesta con claridad y mostrando confianza en las medidas de seguridad aplicadas así como en los tratamientos que se aplican.
Le recomiendo al caballero que pronunció, a título propio y alegremente, tal definición de la declaración de la enferma que busque fórmulas alternativas para dar a conocer una noticia. Evitando la agresividad que conlleva y dotándole de la posibilidad de error, para algo somos humanos y, como tales, afortunadamente imperfectos.
Puede estar equivocada en sus recuerdos, pudo haberse confundido a la hora de afirmar los antecedentes facilitados, no recuerda exactamente si comentó su contacto con los afectados por la enfermedad, etc., hubieran sido afirmaciones más adecuadas y mejor recibidas.
Pensar antes de hablar, documentarse fielmente, evitar toda opinión personal y preparar concienzudamente la exposición (prestando especial atención al lenguaje oral y gestual) son puntos fundamentales a tener en cuenta a la hora de ofrecer una declaración institucional tan esperada y de gran calado social y sanitario.