EL BLANCO INTEGRAL DE CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER
El blanco ha protagonizado la puesta en escena de Cristina Fernández de Kirchner en el anuncio de la disolución de la Secretaría de Inteligencia, a consecuencia del “escándalo Nisman”, y la creación de una nueva Agencia Federal de Inteligencia como “deuda pendiente de la democracia”.
Desde la residencia presidencial, conocida como Quinta de Olivos, denuncia la presidenta artimañas que buscan desestabilizar su gobierno mediante difamaciones que tienen como cómplices a jueces, fiscales, periodistas y personajes anónimos.
Una escena muy cuidada en la que el tono blanco, símbolo de unidad e inocencia, protagoniza todos los elementos susceptibles de análisis: el atuendo de la presidenta, las lámparas de mesa, el color de las paredes y el marco de la ventana. El verde, signo de crecimiento y estabilidad, se ofrece como telón de fondo y respaldo de la intervención.
La jefa del Estado argentino apareció en una silla de ruedas, a consecuencia de la fractura de tobillo izquierdo sufrida hace unas semanas, al lado de una tierna fotografía de la pareja celebrando su elección como presidenta de la nación. Secuencia que trata de ofrecer una imagen cercana y vulnerable de Cristina, con la intención de empatizar con sus interlocutores, que contrasta con un tono de voz firme y mirada fría, carentes de cualquier humildad. La bandera de Argentina situada tras ella confiere un marco institucional a su mensaje.
El inicio y el desarrollo de su intervención se caracterizan por una postura que interpone una barrera entre ella y sus escuchantes al colocar los dedos entrelazados por delante de su torso (síntoma de frustración). En algunos momentos en los que se encuentra más cómoda y segura, enumera razones o cita argumentos rompiendo puntualmente la posición cerrada marcada por sus brazos y manos.
A lo largo de su exposición mira en repetidas ocasiones hacia abajo y hacia la derecha. Normalmente, y desconociendo en el caso de la señora Fernández cual es la orientación habitual en el movimiento de sus ojos, transmite el mensaje de estar “creando” información sobre la marcha o manteniendo un diálogo consigo misma. El lenguaje popular caracteriza su discurso.
La imagen se completa con un documento que contiene el proyecto de reforma situado a su izquierda, texto que presenta subrayado en colores y anotaciones al margen, acompañado de unas gafas abiertas y una funda que se supone contiene la estilográfica con la que marcó datos resaltables.
Señora Fernández, su disertación y el color escogido para el escenario, con los cuidados elementos que contenía, no han logrado suavizar la opresión emocional ni minimizar el escándalo desatados por el fallecimiento en extrañas condiciones del fiscal Nisman. La frialdad se palpa en el ambiente, provocada no solamente por el exceso de la tonalidad dominante…