Actitud & Grandeza
Es difícil hacer una lectura positiva de una disposición negativa, una emoción violenta, una condición humana que consume las energías y derrota a la poderosa actitud, facultad y condición de los seres humanos.
Hace muchos años que practico una norma como método, uno más, que colabora en la consecución del punto de vista positivo de todas las situaciones en las que participo u observo, aunque estas no sean todo lo buenas que me gustaría… Me niego a incluir palabras negativas en mi expresión. Es más, procuro expresarme sin referirme a la palabra “no” y enfocar mi conversación desde un punto de vista esperanzador, útil y positivo.
Fuente: https://espanolaldia.wordpress.com
Un término cuya escucha me produce un hondo dolor es el vocablo “odio”. Lo he desterrado de mi vocabulario y pensamiento, con independencia de las acepciones y el contexto en el que se produzca. El odio es pernicioso, enervante y destructivo.
“Me disgusta…”, “Lamento escuchar…”, “Me produce insatisfacción…”, etc. son sustitutivos que expresan igualmente la rabia o antipatía que producen ciertos sujetos, acciones o situaciones, pero dejan una puerta abierta a la tolerancia y al entendimiento al primar la empatía y la asertividad en las relaciones interpersonales.
Centrarnos en el odio que nos produce una persona, una situación, una acción, etc. nos obliga a ignorar los aspectos positivos que la rodean. Siempre, insisto que siempre, se puede hacer una lectura positiva de algo malo o triste.
El empleo de palabras negativas, además de fomentar los pensamientos negativos y contribuir al deterioro emocional, produce el lamentable efecto de retroalimentar su presencia en nuestras expresiones.
El empleo de palabras negativas genera un perjudicial efecto contagio en las personas que nos rodean, provocando agotamiento, angustia o desánimo.
El empleo de palabras negativas reduce la autoestima, elimina la motivación y proyecta una imagen deficiente de su portavoz.
Anda tu camino sin rencores ni obstáculos que te imposibiliten luchar por tus sueños. Convierte las barreras en pequeñas metas que te conduzcan a tu objetivo y disfruta el día a día, con todas sus bondades y satisfacciones.
Elimina las palabras negativas de tu pensamiento, vocabulario y expresión. Elige en cada momento la actitud que te acerca a la grandeza.
“Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo” (Mahatma Gandhi)