MARIANO Y PEDRO, CARA A CARA
Anoche sufrimos nuevamente un debate previo al 20D. Si el 7D, el Debate Decisivo me decepcionó, el Cara A Cara superó mis peores expectativas.
Tanto “usted“ tan mal empleado en un Cara A Cara irrespetuoso y anodino justifica que tutee sin pudor a los candidatos a la presidencia del Gobierno de España.
Escuché, no sin cierto esfuerzo, los insultos y agresiones verbales varias de un Pedro acorralado por las encuestas. Un Pedro atropellado, con un descontrol evidente de su boca, manifestado en los labios apretados y secos que se estiraban en forma de pico cada vez que tragaba saliva.
Un Pedro que desaprovechó su Primer Minuto empleando a la vieja estrategia de criticar lo que hacen “los otros” en lugar de hablar de lo que hacen “ellos”.
Pedro, permíteme un consejo: cuando recurras a la Comunicación Emocional, introduce silencios en tu exposición y ralentiza la velocidad, apoya la palabra con una mirada sincera, y con gestos y posturas que resalten la fuerza del corazón.
Pedro, permíteme también una apreciación: las descalificaciones y los insultos jamás logran votos.
Fuente: www.lavanguardia.com
Escuché a un Mariano que acertó plenamente en la elección de un único tema para su Primer Minuto así como la selección del mismo, el empleo.
Un Mariano tranquilo y contenido, en ocasiones con mirada ausente y sorprendido, frente a un aspirante apretado.
Un Mariano, permanentemente sujeto a un bolígrafo que le restaba gestualidad, que ganó fuerza, confianza y expresividad a medida que avanzaba la discusión e iba in crescendo la agresión verbal de la que fue objeto de modo continuado.
He presenciado un debate intenso, duro, tenso, agrio y bronco. Un bochornoso escenario, más propio de una discusión de taberna que de una mesa entre candidatos a la presidencia del Gobierno.
Una mesa que ejercía de barrera visual, física, intelectual, moral y política en un plató excesivamente luminoso y sobrio, más propio de décadas pasadas que de un siglo XXI que ya tiene 15 años de experiencia.
Las pobres impresiones que recibía mientras escuchaba el Cara A Cara no mejoraban a medida que avanzaba.
Los candidatos controlaron en todo momento el mensaje, las palabras que emitían, las manos y las expresiones de la cara, ¿por qué no controlaron la boca? El objetivo debería ser aportar, no atacar.
Una contienda electoral caracterizada por las ausencias.
Ausencia de cortesía y respeto.
Ausencia de empatía y escucha empática.
Ausencia de lenguaje positivo.
Ausencia de enumeración con los dedos.
Ausencia de lenguaje visual.
Ausencia de expresiones sinceras.
Ausencia total de miradas francas y frases cortas y positivas, claves de la atención y retención de los escuchantes.
Ausencia de sonrisas de las patas de gallo.
Ausencia de propuestas argumentadas.
Ausencia de presente, mucho pasado y mucho futuro lejano.
Ausencia de un admirado Campo Vidal, que destacó más por su ausencia que por su presencia.
Un debate pobre con mucho guión memorizado, poco dinamismo, palabras huecas apelando a las emociones, gestos muy controlados, espontaneidad nula, mirada ausente y torpe naturalidad.
Un debate en el que los aspirantes echaron un imperdonable vistazo a los papeles en el minuto final.
No puedo desaprovechar la ocasión para proponer que en la próxima contienda electoral, los espectadores estipulemos las condiciones de su desarrollo. Ausencia de insultos, papeles y mesa, es mi propuesta inicial.
Me pregunto… Si la riqueza de España dependiera del nivel de educación de todos sus políticos, ¿a cuánto ascendería nuestra fortuna?