¿Por qué tenemos dos orejas y una sola boca?
Zenón de Citio afirmó que “para oír más y hablar menos”, Epícteto dijo que “para que podamos observar y escuchar el doble de lo que hablamos”, Plutarco defendió que “para saber hablar es preciso saber escuchar”.
Tener una boca es suficiente para hablar.
Tener dos orejas nos permite tener mayor capacidad auditiva, conocer la procedencia de los sonidos y ubicar la fuente.
Escuchar de forma activa facilita la comprensión, crea un clima de confianza, reduce las diferencias de criterios, minimiza los conflictos, promueve la toma de decisiones, otorga tiempo para pensar y, entre otros, estimula la cooperación entre los interlocutores.
Fuente: http://blogs.elpais.com
La efectividad de una conversación se basa en la escucha empática.
La calidad de las relaciones entre las personas se mide por la escucha.
Escucha con los cinco sentidos.
Dedica toda tu atención.
Bloquea los juicios mentales.
Elimina las distracciones.
La escucha nos permite acceder al aprendizaje, al conocimiento, al entendimiento.
Observa, escucha, entiende. La habilidad fundamental de los líderes es la escucha.
¡Escucha y escúchate!
Practicar el noble arte de la escucha favorece la humildad, al entender y aceptar otros puntos de vista y ceder protagonismo en el proceso comunicativo.
Escucha lo que te dicen. Escucha lo que no te dicen.
¿Cómo podemos mejorar la calidad de la escucha?
Escucha el silencio, la tranquilidad, la calma, la quietud.
Escucha los diferentes sonidos que conviven en distintos espacios: escenarios tranquilos, alegres, vivos.
Escucha los sonidos que te acompañan en tu día a día: en casa, en el trabajo, en la calle, en…
Escucha de pie, acostado, sentado, recostado, agachado, etc.
Sé consciente de tu escucha.
¡Cógele el gusto a la escucha empática!