LOS NIÑOS «SUELTOS» EN LAS TIENDAS
Estimada Rosa:
Lamentablemente, es habitual ver la situación que narra: niños jugando, desordenando ropa y molestando con sus gritos y carreras a los clientes que acuden en busca de ropa, zapatos, complementos o juguetes a establecimientos infantiles lo cual provoca una decepción en aquellas personas que deben soportar el griterío y los atropellos a los que son sometidos.
El hecho de acudir a una tienda específica para niños no implica que estos puedan, como bien define, “campar a sus anchas”. Evidentemente, el silencio y la tranquilidad no imperan en el ambiente pero la escena contraria tampoco debería observarse. Es obligación de los padres, o las personas que se ocupen de los pequeños, vigilar su comportamiento y tomar las medidas oportunas en caso de que este no sea el adecuado, por ejemplo, marcharse del establecimiento si no consigue pacificar a su criatura o, al menos, llevarlos a su lado para controlar sus movimientos.
Es delicado para los dependientes recriminar a un cliente la actitud de su vástago ya que corre el riesgo de perderlo como tal y que no vuelva a comprar pero no es menos cierto que es un abuso, y otra causa de pérdidas de compradores, someter a ese “follón” a todo aquel que acude en busca de algún objeto o vestido para su retoño.
Mi recomendación es que sea el encargado del local el que se dirija a los progenitores o cuidadores de las criaturas para aconsejarles, con muchísima mano izquierda, que accedan a una zona concreta del local donde sus hijos podrán probarse ropa, calzado o funcionamiento de los juguetes con mayor comodidad y sin agobios, esperando que los padres capten el mensaje…