EL TAN NECESARIO Y OLVIDADO SALUDO
Saludar a toda persona que entre en un establecimiento, así como despedirse cuando se van, sonreír y ser amable en todo momento son las premisas sobre las que se sustentan la relación vendedor- cliente o empleado-cliente. Lo curioso es que estas directrices no se aplican en ambas direcciones.
Muchas personas que realizan su actividad de cara al público me comentan que al menos la mitad de los sujetos que entran en sus locales ni saludan ni responden al saludo además de exigir los productos en lugar de pedirlos con amabilidad. Por descontado, la despedida es anecdótica.
Toda persona que entra en una tienda, con independencia del tipo que sea, da por hecho que recibirá un saludo de bienvenida pero esa misma persona no “cae en la cuenta” de que ella misma debe corresponder a esa muestra de cortesía. Al igual que solicitar el objeto deseado con amabilidad y en un tono de voz conciliador y no exigente o déspota, agradecer la disposición e interés del vendedor y mostrar en todo momento una exquisita educación. Al menos es como se debería hacer y lo que le recomiendo, María Luisa, que practique, aunque sus atenciones no sean imitadas. El ejemplo es una maravillosa manera de enseñar o convencer.