Urbanidad vial
Detener el coche en mitad de la nevada calzada para ayudar a cruzar a una ancianita insegura, ayudar a devolver a la vía un vehículo varado en el arcén, parar en el medio de la carretera para levantar a una persona caída en apuros, colocar correctamente un espejo retrovisor desde una moto, bajarse a retirar la nieve que tapona los faros traseros de un coche, obstaculizar el tráfico para alejar del medio de la calzada un paquete peligrosamente ubicado o frenar la circulación para facilitar el avance de un animalito muy perdido son algunas de las maravillosas escenas que nos podemos encontrar en un video que colgó en su muro mi querido amigo Luisiño (el mejor publicista del mundo, con permiso de todos los demás) y que enlazo al final del texto.
En una época en la que tanto se habla y, se observa, sobre la excesiva relajación en las conductas y comportamientos de los ciudadanos al volante nos sentará muy bien dedicar unos breves minutos a ver escenas que nos recuerdan que la solidaridad, el esfuerzo, la tolerancia, el detalle y la amabilidad siguen vigentes.
Perfectos desconocidos se juegan la vida (jamás pediría yo tanto) por ayudar a los demás: una ancianita, un peatón, un conductor, un animalito… Gestos tan nobles y sencillos como ayudar a cruzar una calzada, levantar a una persona abatida, facilitar la visibilidad en la carretera o remolcar un vehículo con nuestro coche a los que podemos sumar acciones como no entorpecer el paso en las aceras o el acceso a locales y garajes ni aparcar en doble fila; ser muy comedido en el uso de las bocinas o el volumen del equipo de sonido; ceder el paso a peatones y otros vehículos, etc., proporcionan la profunda satisfacción de hacer lo correcto, del deber “bien hecho”.
Te atreves a experimentarlo?… Repetirás!!