Ausencia notable
En muchas ocasiones he pensado en escribir acerca de un artículo de primera necesidad que con demasiada frecuencia se “obvia” en los baños de acceso público: cafeterías, restaurantes, centros sociales, recreativos o institucionales, y un largo etcétera, y en otras tantas he abandonado la idea.
Antes de citar el objeto que me ocupa en esta ocasión es necesario que ofrezca una breve aclaración de un hecho que ha motivado muchos comentarios “malévolos” o “irónicos” y que carecen de fundamento, al menos en muchas ocasiones. Me refiero a la costumbre que practicamos las mujeres de acudir a los aseos acompañadas, de dos en dos, se suele escuchar con sorna.
Tras esta rápida y errónea interpretación, los emisores de las mismas no se han molestado en intentar averiguar los motivos de tal “acompañamiento”. Como podéis imaginar, no se trata de pánico a ir al baño solas, temor a encontrarnos con insolentes desconocidos o interés en hacer algo fuera de lo normal. En este último caso, puedo decir en su defensa, que mi adorado protocolo social recomienda ir al cuarto de baño en situaciones “naturalmente” incómodas como son las producidas por un ataque de tos o un picor desenfrenado, que exige una vigorosa respuesta, en zonas “delicadas”.
La razón, mis queridos lectores, al menos en la mayoría de las veces, se encuentra en la ausencia en los aseos públicos de un necesario artículo que permite recoger las múltiples pertenencias que portamos en nuestras salidas, amén de las que vamos incorporando “sobre la marcha”: bolso, abrigo, pc… función que en su ausencia realiza nuestra necesaria “acompañante”.
¿Lo habéis adivinado? Exactamente, me refiero a la percha, perchero, colgador, alcándara, colgadero, gancho, etc.
Voy a iniciar una campaña defendiendo su presencia…!! ¿Alguien se apunta? 😉