Siempre estamos comunicando
Uno de los valores, cuya práctica he defendido siempre, que ofrece únicamente efectos secundarios positivos es aquel definido por la RAE como: “Sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera”.
Motivo por el cual, una vez mencionadas la dama de la comunicación, mi eterna compañera de viaje y el don del cielo, las señoras primero por sencilla y prodigiosa cortesía, le toca el turno al mejor publicista del mundo (con permiso de todos los demás).
En la mayoría de las ocasiones, llegamos a donde nos hemos propuesto, y volcado nuestros esfuerzos y energías en ello, gracias no solo a la formación adquirida a lo largo de años de estudios y a la experiencia acumulada, también a la ayuda impagable de personas maravillosas que con el tiempo y el contacto se convierten no solo en compañeros de fascinantes y gratificantes proyectos sino en amigos queridos y admirados.
Es el caso de un caballero de la comunicación, un amante de la creatividad y la innovación, un experto en hacer que “lo tuyo” luzca con brillo propio, un optimizador de resultados, un maestro de la identidad corporativa, un fenómeno del diseño publicitario. Su eslogan le identifica fielmente: Yo creo, Tú crees, Nosotros CREAMOS, Ellos creen.
A él debo una máxima que me gustaría compartir con vosotros: Siempre estamos comunicando.
¡Para recordar!