TANTO SI CREES QUE PUEDES HACERLO COMO SI NO… ¡TIENES RAZÓN!*
Por diferentes motivos y situaciones, existe una alta posibilidad de pasar por horas o días “bajos” sin una causa aparente que los justifique, o si la hay…
Tenemos a nuestra disposición, y en cantidades ilimitadas, varias “armas” que nos ayudan a combatir esos bajones fundados o infundados. Una de ellas es el don del cielo, así era como se denominaba en la Grecia Antigua al entusiasmo. También la conocían por suerte recibida que conviene proteger. Le otorgaban nada menos que las características de energía, poder, fuerza y sabiduría.
En una ocasión leí una máxima, no recuerdo su autor, que afirmaba que “el entusiasmo marca la diferencia entre el éxito y el fracaso”. Máxima que pone en nuestras manos nuestro destino, nuestro futuro. El brillante estratega y orador Winston Churchill argumentó que “uno tiene que estar preparado a pasar de fracaso en fracaso siempre con el mismo entusiasmo”.
Lord Lytton, novelista y político británico que defendió que la pluma es más poderosa que la espada, ofreció una definición del entusiasmo que comparto abiertamente: “el entusiasmo es el genio de la sinceridad y la verdad no logra victorias sin él”.
Fuerza que se siente, cualidad que conquista, convicción incondicional, pasión contagiosa, emoción y confirmación, motivación e iniciativa, movimiento y transformación, acción y reacción, potencial, capacidad, desarrollo, crecimiento, triunfo… el entusiasmo es el poder en movimiento.
Y tú… ¿te vas a entusiasmar?
*Henry Ford