A la vista del penoso espectáculo ofrecido por dos candidatos a la presidencia del Gobierno de España, en el
Una comunidad indispensable como herramienta de escucha de las demandas de los ciudadanos, un canal de comunicación accesible, una
Hace unos días, un apreciado amigo y colega me formuló una pregunta para su columna del fin de semana,
Un debate pobre con mucho guión memorizado, poco dinamismo, palabras huecas apelando a las emociones, gestos muy controlados, espontaneidad nula, mirada ausente y torpe naturalidad.
El 7 de diciembre es una fecha que quedará grabada en los anales de la historia al asistir a un momento único en la democracia española, el debate entre los cuatro principales candidatos a la presidencia del gobierno de España. Un debate en el que los protagonistas debían mostrar su preparación desde la tripe perspectiva de candidato, contrincante y ciudadano.
Albert Rivera es, desde abril de 2015, el político mejor valorado por los ciudadanos. Joven de 36 años, separado
Siempre se ha dicho que los españoles no somos buenos comunicadores, posiblemente la ausencia de asignaturas como Oratoria –que se está introduciendo, por fin, en la enseñanza obligatoria-, Comunicación Escrita, Comunicación no Verbal, Netiqueta y Protocolo Social, entre otras –permitidme que defienda mis especialidades- expliquen en gran medida esa concepción tan arraigada que va camino de convertirse en desacertada.
Los consultores de comunicación potenciamos la singularidad del orador, no un estereotipo a reproducir, la humildad como hilo conductor de la trayectoria política y la pasión por estandarte. Consejo a todo político que quiera escucharlo: crea lo que dice y no lea los discursos.
Anoche presenciamos, repletos de múltiples expectativas, el primer discurso navideño del rey. Fuente: Casa Real No esperaba, ni deseaba,