EL CAVA, PROTAGONISTA DE LAS FIESTAS
Se aproximan unas fechas muy emotivas caracterizadas por el espíritu de solidaridad, la conmemoración de la comprensión y el entendimiento mutuo, sin olvidarnos del tradicional intercambio de regalos. Los encuentros familiares, las reuniones con amigos o las distintas celebraciones gastronómicas en las que participaremos a lo largo de estos días entrañables se verán presididos por nuestro caldo espumoso más reconocido, el Cava.
El Cava nació a finales del siglo XIX merced a las investigaciones en torno a la elaboración de los cultivos de la zona desarrolladas por varias familias de Sant Sadurní d’Anoia, enclave médula de la Región del Cava al que se suman 159 municipios, la mayor parte de la comarca del Penedés, conformando el territorio acotado de producción de nuestro vino espumoso natural más estimado.
Las propiedades del suelo donde se ubican las viñas, las variedades de uva utilizadas: Macabeo, Xarello y Parellada, y la climatología mediterránea proporcionan un caldo con características y propiedades únicas. El contenido en azúcar residuales, de 0 a 50 gramos por litro, clasifica los espumosos en Brut Nature, Extra Brut, Brut, Extra Seco, Seco, Semi Seco y Dulce.
La etiqueta que engalana la botella proporciona información acerca del tipo producto a degustar (Brut…), denominación Cava, marca, período de crianza (Joven, Reserva y Gran Reserva) y otras particularidades como la cosecha, añada, variedad rosado… La contraetiqueta indica las variedades de uva utilizadas en su elaboración, fecha de degüelle y nota de cava así como posibles sugerencias.
El período de crianza del espumoso, de los 9 meses de uno Joven a los 30 de un Gran Reserva, determina la temperatura a la que debe servirse para su disfrute pleno, entre los 5 y los 8 grados. Realice el enfriamiento del caldo introduciendo la botella en el frigorífico unas horas antes de su consumo. Otra alternativa, relegada a segunda opción, consistiría en introducirla por espacio de media hora en un bol de agua con hielo. Bébanlo fresco, nunca muy frío o helado.
Descorche la botella suavemente, manteniendo el corcho fijo y girando la botella hasta su completa expulsión, controlando en todo momento la posición del tapón, sin permitir su despegue incontrolado. Una vez servido, inclinando levemente la botella y considerablemente la copa, de cristal fino y transparente en forma de flauta o tulipa, se llena aproximadamente dos tercios de su capacidad, y se procede a apreciar el espumoso por el pequeño tamaño y sutileza de sus burbujas.
El Cava se presenta en una botella que ofrece las peculiaridades del amplio grosor del vidrio y la forma de cono de su base. Se distinguen distintas capacidades: Cuarto o Benjamín (20cl.), Magnum (1,5 cl.), Jeroboam (3 l.), Rehoboam (4,5 l.), Matusalem (6 l.), Salmanazar (9 l.), Baltazar (12 l.) o Salomon (18 l.), entre otras. La más habitual es la de 75 centilitros. Su corcho muestra la singularidad de exhibir en su base una estrella de cuatro puntas.
El Consejo Regulador del Cava recomienda acompañar los aperitivos con un Cava Brut; los mariscos, pescados u otros entrantes con un Brut o Brut Reserva; maridar los platos de compleja elaboración con un Cava Brut Nature Gran reserva; las sobremesas dulces con un Cava Semiseco o Dulce y las basadas en frutas, un Cava blanco o rosado.
Levanten las copas a la altura de sus ojos, formulen un deseo y brinden.
¡Va por ustedes!