El miedo que nos paraliza
No hay atajos con el miedo, o ganas tú o te gana él la partida…Sufrimiento, desasosiego o parálisis son sus manifestaciones más frecuentes.
El miedo se manifiesta en el cuerpo (mostrando múltiples respuestas fisiológicas), en el pensamiento (angustia, rechazo o duda inundan todo) y en la conducta, (paralizando o incitando a la acción).
Tenemos miedo a lo que nos amenaza, al igual que los animales, pero, a diferencia de ellos, también tememos aquello que no nos amenaza. Las personas tenemos miedos concretos y miedos abstractos, miedos agudos y miedos crónicos.
Tememos la responsabilidad, el éxito, el fracaso, el abandono, la soledad, la incertidumbre… Los temores más preocupantes son aquellos que se enmascaran de prudencia, pereza, inoportunidad o vergüenza.
Miedos femeninos y masculinos son similares, no presentan diferencias apreciables, donde sí se encuentran es al analizar los miedos de individuos concretos, como seres individuales.
Los conocimientos a los que sumamos la experiencia y la intuición, la valoración de nuestros talentos y la capacidad de llamar al miedo por su nombre y enfrentarnos a él con confianza, son los pasos que hay que dar para “dominarlo”.
La única manera de vencer al miedo es enfrentándose a él. A qué esperas?… 😉