¿Tu culo te representa?
Así lo debe creer una luxury store manager –gerente de una tienda de lujo- que con el pobre argumento de “soy muy sexy y estoy muy buena, mi pareja me lo dice todos los días” coloca como foto de perfil de LinkedIn su trasero (a secas, ¿no esperaríais un calificativo del tipo: lindo, impresionante, llamativo, atractivo, sensual, etc.?… No me inspira nada positivo).
Ateniéndonos a esta información, y observando unos segundos el culo de la susodicha, podemos afirmar que le gusta lo informal –un vaquero ajustado y gastado acompañado de una camiseta corta que deja a la vista algo de piel- y lo sencillo, ¿o básico? –ni reloj ni pulseras de tipo alguno se aprecian en la imagen-; que presta poca atención a los detalles –el fondo es una escalera anodina carente de adornos resaltables-; con una enorme etiqueta que revela la procedencia “urbana” de la prenda y un escaso gusto por la estética; y, sin duda alguna, que le gusta mandar –con las manos en jarras en las caderas-.
Usuario anónimo de LinkedIn
Si a eso le unimos el texto que acompaña a la imagen: “esto va dedicado a esas personas envidiosas, celosas, tóxicas, esas que tienen la osadía de ir de dignos, profesionales, y después miran tu perfil en privado. Por esas personas que cuando aceptas su invitación te responden como si fueses una scort”, me reafirmo en mis observaciones.
Lo primero que me viene a la cabeza es que la descripción le viene grande, ¡no aprecio el luxury por ninguna parte! Ni luxury, ni elegancia, ni delicadeza, ni… ¡Nada en la imagen me lleva a relacionar el lujo con la protagonista de la instantánea! Bendita coherencia…
Lo siguiente que pienso es, que la declaración revela una gran carencia afectiva o una gran necesidad de piropos (no de palabras cargadas de cariño).
La imagen de perfil, el nombre y el titular profesional son los apartados que los buscadores ofrecen de la presencia en LinkedIn. Todos deben ser coherentes y ofrecer un mensaje inequívoco. ¡Necesaria NETiqueta!
Postura elegante, ropa profesional, luz natural, contraste, fondo liso, encuadre y cuidado de los detalles deben caracterizar a una foto de perfil. La de la susodicha muestra las posaderas de una persona orgullosa, con poco gusto, ordinaria, hosca, distante y mediocre.
Usuaria de LinkedIn -no puedo decir estimada ya que no lo siento en absoluto, por mucho que defienda la cortesía– en otra red puramente social pon la imagen que te de la gana –tampoco entendería que despreciases la importancia de la información visual- pero en una comunidad estrictamente profesional –aunque últimamente veo demasiadas salidas de tono que me preocupan- es del todo inapropiado y contraproducente. El lujo y tú lleváis caminos diferentes.
No todo es negativo, en algo estamos de acuerdo: “tu trasera es tan interesante como tu foto de perfil”.