LISTAS DE COMUNIÓN
Se acercan las fechas en que se celebran masivamente la fiesta de la Primera Comunión. Hasta el siglo XVII la celebración era un acto privado que no seguía ninguna liturgia en particular. A partir de esta fecha, se convierte en un ritual público, una ceremonia solemne que realizan los jóvenes de una edad similar. La importancia o apogeo de este culto, que marca el paso de la niñez a la juventud, se sitúa un par de siglos después, adquiriendo la condición de gran acontecimiento familiar; las niñas se visten de blanco, símbolo de pureza, y de traje oscuro a los niños, su primer traje de hombre. A partir de esta señalada fecha, las niñas podían recogerse el peso en un moño (y empezaban a preparar su ajuar) y los niños vestían pantalón largo. Otros beneficios de encontrarse en la senda cristiana de la mocedad eran ocupar un sitio en la mesa principal o desplazarse de forma temporal con algún miembro de la familia.
En la actualidad, niñas y niños asisten durante tres años a jornadas de catequesis en las que aprenden las principales normas y valores de la Iglesia así como las oraciones básicas. Se preparan para vivir esta emocionante conmemoración en compañía de sus familiares y amigos. Sin embargo, esta festividad ha rebajado su sentido de acto íntimo religioso para elevarlo a la categoría de acontecimiento público.
La competitividad social imperante, y en la que los padres insistimos en participar, incita a rivalizar en el vestuario elegido para los comulgantes, olvidando que tratamos con niñas y niños de ocho o nueve años de edad a los que disfrazamos de reinas y almirantes; competimos en la elección de la celebración culinaria que ofrecemos a los invitados, seleccionando un menú más propio de una boda cateta por el número de platos escogidos que de una conmemoración infantil; nos obligamos a ofrecer un extemporáneo recuerdo a nuestros invitados cuyo destino será el fondo de un cajón olvidado; y vestimos como si asistiéramos a una cena de gala, olvidando que la sencillez y la moderación son las premisas básicas que conforman un vestuario elegante.
La última moda en esta vorágine de cambios que rodean a tan señalada fecha es la aparición de las Listas de Comunión. En principio, ofrecida por grandes cadenas de almacenes con el propósito de facilitar la adquisición de recuerdos para los asistentes a la celebración, ofrecen la posibilidad de escoger y comprar, vía internet, entre una amplia selección de regalos efectuada por los progenitores de los jóvenes.
Funcionan igual que las Listas de boda, se abren dos meses antes de la celebración de la Comunión y se cierran diez días después; con la diferencia de que éstas ofrecen a los titulares de la misma un 5%, no un 10%, del importe total de los regalos incluidos en la relación. Permiten dejar mensajes de felicitación que acompañan al obsequio. Además, los padres pueden consultar los presentes y los importes recibidos por los mismos así como los reservados y disponibles.
Reproductores, cámaras fotográficas y de video digitales, televisiones, bicicletas, consolas, juegos, libros, relojes, ordenadores, equipos de música, patines, instrumentos musicales, artículos de escritura, agendas personalizadas, globos terráqueos, cursos especializados, entradas a parques temáticos y, cómo no, joyas, son algunas de las propuestas que muestran.
El objeto de las Listas de boda es facilitar información acerca de los gustos y necesidades de los contrayentes, elija lo que se elija de la lista el acierto es seguro. Constituyen una opción interesante a tener en cuenta ante el elevado número de invitados que asisten al enlace nupcial.
¿Son necesarias las Listas de Comunión? La Primera Comunión consiste en un festejo, en principio con menor número de asistentes, además de ser éstos familiares y amigos próximos, con los que se supone tenemos confianza. No será más lógico y sensato comentarles, si así lo estimamos oportuno y siendo muy prudente con las recomendaciones, aquellos objetos que ilusionan a los niños.
Como consejo a aquellas personas que se encomienden a la labor de comprar un regalo de Comunión comentaré que tan malo es ser tacaño como pecar de ostentoso y que las características que acompañan a cualquier obsequio para convertirlo en apropiado son: precio razonable, útil, original, novedoso, distinguido, adecuado a la persona destinataria del mismo, cuidado envoltorio y respetuoso con el medio ambiente.
¡Buena y oportuna compra!