Un debate decisivo que no ha decidido nada #DebateRTVE
La imagen de la vergüenza anticipó un debate débil, de bajo nivel y bajo perfil; plagado de monólogos, inexactitudes, repetidas preguntas sin respuesta y falta de rigor.
Candidatos impostados en un fondo galáctico y activo que distraía a los espectadores, una música que estorbaba y atriles sin igualar en alturas destacaban en un simulacro de debate que decepcionó a muchos de los 14 millones de espectadores que, en algún momento del mismo, estuvimos atentos a propuestas, mensajes y contenidos.
Sugiero conocer la NETiqueta Política para generar conexión con el electorado y conquistar el voto en la «selva digital».
Pablo Casado (PP)
El candidato del Partido Popular optó por defender una postura moderada, no bronca, como alternativa –o complemento- a su actuación en la campaña electoral, que le salió peor de lo previsto. En su primera participación en un debate presidencial –la inexperiencia le delató- fue poco contundente, su estrategia moderada aburrió. Su imagen se tornó desdibujada, faltó frescura y naturalidad. No le ayudó su posición a la izquierda del escenario y una persona mucho más alta que él a su derecha.
Un buen orador, con buena memoria, que hizo un uso excesivo de los números y de los papeles. Abusó de los datos en lugar de priorizar aquellos más impactantes, o mencionar los que le otorgaran una ventaja comparativa respecto a sus competidores en la carrera presidencial.
Pedro Sánchez (PSOE)
Sánchez comenzó el debate nervioso, aunque se “soltó” a medida que la discusión avanzaba. El candidato, que tenía mucho que perder y poco que ganar, apostó por reivindicar en sus intervenciones la moción de censura que le valió la presidencia del gobierno. No despejó las incógnitas que le plantearon sus adversarios repetidas veces: su posible pacto con Ciudadanos y el probable indulto a los políticos independentistas catalanes.
Un presidente en funciones que leyó las medida aprobadas, en lugar de narrarlas de memoria, y desaprovechó la ventaja institucional de la que partía al mostrarse desencajado ante ciertos temas, varios planos y contraplanos delataron su desconcierto. Su acierto es no haber cometido grandes errores.
Su ausencia en los minutos posteriores a la finalización del debate, enviando a Ábalos a hacer una valoración de la contienda puso de manifiesto la prepotencia del candidato, o el reconocimiento de su descontento con su participación en el debate.
Albert Rivera (Ciudadanos)
Su experiencia en el formato debate le permitió liderarlo y llevar la iniciativa desde el primer minuto, un éxito de su estrategia. Presentarse como líder de la oposición, posicionado por delante de Pablo Casado fue un objetivo cumplido. Su posición entre Sánchez e Iglesias le benefició en el debate.
Energía, proactividad y un orden claro en sus intervenciones –diagnóstico, propuesta y mensaje- le han presentado como el candidato presidencial mejor valorado por los medios de comunicación y audiencia.
Muy significativa la valoración que realizó de su participación en el debate, a su finalización, en medio minuto: “estoy muy feliz, me he divertido”
Pablo Iglesias (Unidas Podemos)
Comedido, desganado y pausado son los calificativos que describen su intervención en el combate dialéctico del 22A. Un Pablo Iglesias desconocido, incluso incoherente con sus habituales intervenciones públicas. Un buen narrador de hechos y acciones que optó por reconciliarse con su “parroquia” y presentarse como un bastón del PSOE más que posicionarse como alternativa de izquierdas.
Constitución en mano (leyendo artículos que no había memorizado), estrategia fortalecida por la ausencia del esperado aluvión de críticas por «vergonzosas» acciones protagonizadas por él y su entorno, manifestó una inusual defensa de la empatía y el diálogo.
Ausente en el debate por no tener representación parlamentaria y mencionado tímidamente en un par de ocasiones… ¿Se echó en falta al candidato de VOX?
Presumo que el #DebateAtresmedia de esta noche será mucho más atractivo. Casado arriesgará más, subiendo el tono. Sánchez llevará alguna respuesta preparada. Rivera reivindicará su liderazgo en el bloque de la derecha.Iglesias se presentará como alternativa de izquierdas.