¿Qué ocurre cuando un orador habla de un tema que no domina?
Conoce las claves para convertirte en un buen orador y brillar.
Hace unos días me llamó la atención el contenido de la conferencia de un colega, al que conozco y sigo, ajeno a su ámbito de actividad y conocimiento. Mayor fue mi sorpresa al ver que personalizó exclusivamente en sus vivencias vitales todos los ejemplos aportados ante el numeroso público al que se dirigió. En ningún caso proporcionó casos reales útiles ni situaciones generales en las que los asistentes pudieran verse identificados.
Hablar de un tema que no dominas, ni has preparado, muestra inseguridad y demuestra una enorme osadía así como una falta de respeto hacia tu audiencia.
10 Claves de lo que no debe hacer un buen orador
1. Sobrecargar la pantalla con texto ilegible para la audiencia
El desconocimiento del tema, y la falta de preparación sobre los puntos a ofrecer, llevan al orador a escribir todos los datos importantes en la pantalla; frases completas que recita sin aportar un punto o una coma extra. ¡Y no finalices tu charla con un «gracias» gigante en la pantalla!
2. Leer continuamente, y mal, la pantalla
Diapositivas recargadas de texto, imposibles de leer desde las primeras filas de la audiencia. Una pantalla recargada de texto suele restar protagonismo al conferenciante, al desviar la mirada hacia la misma, y revelar poca profesionalidad. ¡Mantén la atención de tu audiencia!
3. Dar la espalda al público
La lectura del texto en pantalla obliga al orador a situarse de espaldas al público o, al menos, situarse mayoritariamente de perfil. Esta posición en el escenario revela una gran falta de respeto hacia los escuchantes, poca estima del evento en el que participa y un ego elevado. ¡Mira a tus escuchantes y contagia emoción!
4. Descuidar la entonación
No prestar atención a la entonación es uno de los errores frecuentes de los oradores. Tenemos que exponer de tal manera que las personas que nos escuchen sean capaces de transcribir el texto con signos de puntuación, admiración, etcétera, como si estuvieran leyendo la charla. No dominar el tema y leer continuamente la información a ofrecer, sin ensayo, empobrece la entonación.
5. Introducir pausas inoportunas y largas
Producto de la improvisación en cada momento al intentar recuperar anécdotas, experiencias y lecturas sobre el tema, lo que provoca unos silencios injustificados acompañados de muletillas sonoras que revelan la falta de conocimiento o preparación. ¡Somos seres de palabras!
6. Citar ejemplos poco relevantes
Las citas y casos que se ofrezcan tienen que estar directamente relacionadas con el público al que te diriges y el tema que se aborda, para aportar valor y proporcionar herramientas que permita a los asistentes salir airosos, o conocer cómo actuar, en situaciones similares. ¡Haz preguntas que aporten valor!
7. Proporcionar consejos obsoletos
El desconocimiento del tema lleva a “tirar” de ejemplos o recomendaciones leídas en textos o publicaciones en redes sociales sin valorar la idoneidad y actualización de las mismas. Prepárate para gestionar preguntas difíciles.
8. Presentar imágenes pobretonas
El discurso visual tiene que ser coherente con el discurso oral. Ofrece fotos, ilustraciones, videos, infografías, mapas, esquemas, gráficos, etcétera de calidad, que refuercen el mensajes principal de tu charla.
9. Responder con evasivas o argumentos abstractos
Generalizar una respuesta que no proporciona soluciones a preguntas concretas, ni resuelve cuestiones puntuales planteadas, y provoca decepción y sensación de “perdida del tiempo” dedicado al incremento fallido de conocimientos. Sin escucha empática no hay comunicación.
10. No citar a referentes en el sector
Conocer a pioneros y personas referentes en las disciplinas que abordas muestra dominio en tu área de actividad y demuestra humildad. Si conoces, personal o virtualmente, a algún referente en el tema que abordas, ¡menciónalos! Y sé agradecido.
Prepara cuidadosamente la exposición que ofrezcas -datos, imágenes, anécdotas, dinámicas, etcétera- y estructúrala adecuadamente. Ofrece, generosamente, información de calidad.
Ensaya tu discurso, exponlo con pasión y contagia entusiasmo. Derrocha sonrisas y suscita emociones.
Mira a tu audiencia de forma amable, agradeciendo el tiempo que te dedican, e implícala en la exposición con preguntas y participación en acciones.
Sé humilde, cercano y auténtico.
Disfruta y brilla.
Conferenciante, ¡habla de lo que sepas, y hasta donde sepas!
Espectacular tus comentarios estoy de acuerdo contigo hay que edificar al dirigirse alas personas porque todos merecemos mucho respeto igualdad de condiciones te invito a leer un espectacular libro llamado los cuatro acuerdos también a leer prohibido ser pobre esta en yotube te lorecomiendo es una comunidad donde la idea es ayudar con el intercambio de saberes para mejorar la calidad de muchas personas que no an tenido las mismas oportunidades que tu y yo tenemos te dejo mi numero telefónico 3154423309 mi nombre Mónica rojas