Spam electoral, propaganda personalizada por WhatsApp con respaldo legal
Spam electoral es el término que hace referencia al envío de propaganda electoral personalizada a través de medios electrónicos, principalmente WhatsApp.
Alcance ilimitado, ausencia de control e imposibilidad de réplica caracterizan a WhatsApp una red de mensajería considerada un arma eficaz de propaganda política (spam electoral) y convertida en el centro de la experiencia personal, social, profesional, política y cultural de los usuarios.
Imágenes, videos, emoticonos, GIFs, memes, etcétera, ofrecen el formato ideal para una viralidad sin límite, sin debates ni argumentos que los frenen. Los contenidos seductores, sorprendentes e impactantes tienen garantizado su difusión exponencial. Ningún usuario de la aplicación desmentirá la información que circula ni frenará la mentira que se propague, salvo personas del entorno que se tomen esa molestia. Activar prejuicios es más fácil, sencillo y eficiente que activar percepciones positivas a favor de un programa político concreto.
Se teje una red en forma de árbol que tiene al candidato de cada partido como eje principal en torno al cual se crea un grupo amplio de personas. Cada persona del grupo crea, a su vez, su propio grupo con contactos de su entorno próximo. La información distribuida va del grupo principal a los subgrupos -que dan lugar al nacimiento de muchos otros- y se analiza la respuesta y reacción a los contenidos movilizados. Los datos se han convertido en el petróleo de nuestra era.
En España, la Ley de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales, que entró en vigor el 6 de diciembre de 2018, y recurrida ante el Tribunal Constitucional por el Defensor del Pueblo*, permite a los partidos, coaliciones y agrupaciones políticas (bajo ciertas condiciones) la construcción de perfiles ideológicos de los votantes, durante los períodos electorales, mediante el rastreo de datos privados y opiniones políticas vertidas en páginas web y redes sociales de acceso público, para personalizar la propaganda electrónica que recibirán.
Ante el temor de los ciudadanos a una invasión de su privacidad, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) afirma que la recogida de esta información tiene por objeto conocer las inquietudes del electorado para darle respuesta en los programas electorales, y ampara el derecho de oposición y a la desconexión digital. Un tratamiento excepcional de las opiniones políticas de los electores que deberán ser destruidas tras los comicios.
Abogados especializados en protección de datos, agrupados bajo la denominación Secuoya Group, han puesto en marcha, en marzo de este año, el proyecto Lista Viernes. Una iniciativa que permite a los ciudadanos manifestar su derecho a no recibir spam electoral y oponerse a que sus datos ideológicos sean objeto de tratamiento político. A su vez, todas las formaciones políticas pueden tener acceso al listado (único) de personas que no desean recibir propaganda electoral.
WhatsApp proyectó su sombra sobre las elecciones generales en India, entre el 11 de abril y el 19 de mayo, el país con más clientes en WhatsApp, 200 millones de usuarios, jugando un papel vital en la victoria del candidato escogido. En “la elección más grande del mundo”, bautizada así por el canal de televisión CNN en español, la aplicación de mensajería lanzó un servicio de verificación de información, Checkpoint Tipline, con la finalidad de combatir las noticias falsas.
Las elecciones celebradas en Estados Unidos, Colombia, Brasil, Panamá -y en las comunidades autónomas españolas de Andalucía y Cataluña- pusieron de manifiesto el incalculable valor de las redes de WhatsApp en la transmisión de mensajes durante las campañas electorales. ¿Hubieran sido distintos los resultados de no haber existido esta plataforma?
De red de mensajería privada a medio de comunicación de masas. La periodista experta en privacidad y seguridad en la Red, Marta Peirano, afirma que “de grupo en grupo de 256 personas, con un bot en cada uno, puedes generar una pirámide de distribución de contenidos y mandar el mismo mensaje a tres o cinco millones de personas sin que parezca que lo has mandado tú». Y defiende que las compañas (online) tóxicas desarrollan miedos –un gran (des)movilizador en las personas mayores- y espíritu de pertenencia entre la gente joven.
A raíz de las elecciones en Argentina del pasado mes de octubre WhatsApp ha adoptado medidas para evitar la difusión de medidas falsas: control del feedback negativo, limitación del número de personas que se pueden agregar a los grupos, reenvío de mensajes limitado a un número determinado de personas y, entre otras, medidas de grupos.
Quien transmite la información cobra un peso superior a la información en si misma. Qué se transmite pierde fuerza en la red de mensajería instantánea.
“Quien engaña encontrará siempre a quién se deje engañar”, Nicolás Maquiavelo.
*El Tribunal Constitucional declaró nulo por unanimidad el art. 58 bis 1 de la LOREG.