¿Por qué recomiendo NO hacer el gesto de la ojiva con las manos?
El gesto de la ojiva, el campanario o en “V” se hace juntando las yemas de los dedos, manteniéndolos separados, formando una pirámide, un triángulo o, según leí recientemente, una tienda de campaña. También se habla de una torre, cuando está mirando hacia lo alto.
El gesto de la ojiva puede hacerse en posición ascendente, horizontal o descendente. Es decir, mirando al cielo, en paralelo a suelo o apuntando hacia este. Las manos pueden sostenerse en el aire, estar apoyadas en el cuerpo o sobre una mesa. Es una postura simétrica que denota precisión.
Es muy habitual observarlo en profesionales del mundo de la política, la empresa, la educación, el periodismo, el derecho, etcétera. Líderes de todo el mundo, incluso monarcas, lo incluyen en su expresión gestual.
Se dice que manifiesta competencia, seguridad, calma, autoridad, confianza, superioridad, profesionalidad, asertividad… En este sentido, se afirma que la ojiva apunta hacia arriba cuando se habla, y hacia abajo cuando se escucha. Y que la ojiva enfocada hacia el cielo muestra más seguridad, o condescendencia, que la ojiva dirigida al suelo, sinónimo de cordialidad y de escucha activa.
Teóricamente, es una posición de las manos que se realiza de forma inconsciente.
Lo cierto es que analizar un gesto aisladamente nos condena a un error en su interpretación. Contexto, congruencia, consistencia, herencia cultural y grupo de gestos, posturas y movimientos son los elementos a tener en cuenta a la hora de descifrar el lenguaje gestual.
Hace unos días, publiqué un tuit afirmando que “no puedo con el gesto de las manos en ojiva, con independencia de la dirección hacia la que apunte”. Afirmaba que su uso abusivo lo ha convertido en una expresión actual exponente de lo artificial, y pedía la opinión de la Asociación Española de Comunicación No Verbal sobre esta postura concreta.
En pocos minutos, me ofrecieron su respuesta.
Continué la conversación asegurando que protagoniza el lenguaje gestual de multitud de profesionales de todos los sectores de actividad. Incluso colegas expertos en el noble arte de hablar en público lo muestran en sus videos y formaciones.
Defiende sin.verba que la postura de la ojiva es APRENDIDA.
Cuando observo esta repetición del gesto en distintos contextos, situaciones y escenarios, practicado por personas de todo el mundo me pregunto… ¿Dónde quedan la singularidad, la naturalidad y la autenticidad de los conferenciantes?
Aprecio, de forma habitual, que muchas personas creen que, por conocer X gestos, son expertas en el lenguaje corporal. De esta forma, demuestran la ausencia de conocimiento en esta materia.
La comunicación no verbal es una disciplina científica que se aplica en el ámbito de los negocios, la política, la salud, el arte, la docencia, la seguridad, el deporte y la comunicación, entre otros. Y, cómo afirma mi admirado Alan Crawley -miembro del claustro docente del Máster en Comunicación Ejecutiva, Liderazgo y Marca Personal que dirijo en IFFE Business School- “de vital importancia para el éxito social y profesional”.
En el mercado existen numerosos cursos de postgrado, jornadas formativas, revistas, blogs, congresos y eventos que divulgan el estudio de la comunicación no verbal con rigor científico. Su objetivo es promover el buen análisis del comportamiento no verbal.
¿Haces el gesto de la ojiva con tus manos en tus discursos y presentaciones profesionales?
Sustitúyelo por otro que te represente y con el que te identifiques. No aceptes imitaciones, ni incorpores a tu expresividad gestual posturas «prestadas».
¡Eres lo que comunicas!!
Es agotador ver qué de un tiempo a ésta parte todo el que habla en televisión, principalmente los colaboradores de distintos programas hablan poniendo las manos en ojiva o en V !
Sería recomendable que entendieran que este gesto en masas los hace ver cómo robots y el espectador en vez de estar pendiente de lo que se discute , sólo está pendiente de que todos utilizan el mismo gesto
Me resulta desesperanzador ver cómo se imita lo que nunca debiera imitarse. ¡Hasta personas expertas en oratoria emplean el gesto para presentarse y vender sus servicios!