#SelfiPolítica versus activismo político
Popularidad, seducción o narcisismo son, entre otras, las razones que justifican la utilización de la #SelfiPolítica. Una poderosa herramienta emocional presente en las estrategias políticas de aspirantes y gobernantes políticos.
Los selfis -autofotos que se toman con la intención de subir a las redes sociales- contribuyen a la construcción de la imagen del sujeto político. Inmediatez, instantaneidad y simbolismo social en una imagen poderosa, por la vertiginosa vitalidad que logra, que conecta y levanta pasiones.
Un modelo de comunicación política centrada en imágenes informales que conecta la parcela cotidiana del sujeto político con los votantes a los que se dirige.
Un mecanismo de propaganda de la política doméstica empleado por candidatas y candidatos de todos los signos políticos con la intención de incrementar su exposición y cobertura públicas.
Selfis amigables, selfies idílicos, selfis exclusivos, selfies compulsivos, selfis multitudinarios, selfis revolucionarios, selfis que muestran tragedias, selfis de todo tipo y condición realizados con la clara intención de parecer cercano, accesible y humano y obtener victorias, fundamentalmente captando el voto millenial.
Una herramienta sociopolítica capaz de determinar hacia que lado se mueve la balanza en la que figuran dos candidatos con opciones similares.
Una fórmula efectiva de trasladar a la ciudadanía las actividades de los individuos que los lideran las acciones del gobierno.
Un discurso emocional, breve e imperecedero que conquista y fideliza a los electores.
Una expresión que buscar conquistar la popularidad y dirigir la intención de voto de los electores.
Un instrumento de denuncia y conciencia social generador de simpatías y antipatías en función del uso que se haga del mismo.
La coherencia, entre la imagen que se muestra en escenarios físicos y la que se ofrece en los entornos digitales, debe presidir las actuaciones de los sujetos políticos. Responsabilidad, credibilidad y honestidad generan confianza, conexión y lealtad.
¿Nos tomamos un selfi?